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15 de febrero de 2015

El Vía Crucis

El Alma. ¿Qué es el Alma?--->
<---Noviembre Mes de efecto de la Llama de Amor.


Un Víacrucis o Vía Crucis, en latín: «camino de la cruz», se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Nuestro Señor Jesucristo desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura.
La expresión se usa también comúnmente para expresar todo tipo de dificultades que se presentan en la vida diaria.

También conocido como "Estaciones de la Cruz" y "Vía Dolorosa". Se trata de un acto de piedad, un camino de oración que busca con la meditación de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario.
El camino se representa con una serie de catorce imágenes de la Pasión, denominadas estaciones, correspondientes a incidentes particulares que, Jesús sufrió por la salvación de la humanidad basados en los relatos evangélicos.


Indulgencia Plenaria del Vía Crucis

Se concede Indulgencia Plenaria a los fieles cristianos que devotamente hagan las 14 Estaciones de la Cruz.
Los requisitos de costumbre; confesión, comunión y oraciones por Papa.

Los requisitos de arriba son necesarios para obtener las indulgencias, pero siempre que se realicen las Estaciones se debe hacer con la mayor devoción posible, en cualquier lugar, ya sea públicamente o en privado, sólo de ésta forma se obtendrán muchas gracias espirituales. Es necesario hacerlo de corazón, con sincera intención de conversión.

Las Estaciones de la Cruz son de gran beneficio espiritual y corporal durante todo el año para quien la realice y son especialmente significativas pues el mismo Jesucristo les dio dones del Cielo inimaginables. La misma adquieren mayor importancia que se realice durante la Cuaresma.

Cada Viernes Santo, el Papa dirige las Estaciones de la Cruz desde el Coliseo en Roma para recordar a los mártires y nuestro llamado a seguir sus pasos.
El ejercicio devoto de las Estaciones de la Cruz ayuda a renovar nuestro recuerdo de los sufrimientos de Cristo en su camino desde el praetorium de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el Monte Calvario, donde por nuestra salvación murió en la Cruz.


VÍA CRUCIS

Por la señal de la Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

ALMA DE CRISTO*:

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Tí.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Tí.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

*Oración con Indulgencia Plenaria con los requisitos de costumbre; confesión y comunión y rezada al finalizar la misa.


PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María llena de profunda aflicción, oye la sentencia de muerte: "Crucifícale, caiga su sangre sobre nosotros".
Oh María escucha mi oración; que la Preciosa Sangre de Jesús sea mi Redención. Amén.





Oración:
Padre Eterno yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Yo también crucifico a Jesús con mis pecados. Amén, Amén, Amén.


SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON SU CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María, sin decir una queja, ve correr la Preciosa Sangre del hombro de su Hijo Jesús.
Oh Madre amada, ayúdame a llevar mi cruz con paciencia y resignación, unido siempre a Jesús. Amén.





Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén.

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Sosténme cuando me llegue el dolor y tenga que sufrir. Amén, Amén, Amén.


TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María traspasada por el dolor, ve emparpase la tierra con la Sangre Divina de Jesús.
Oh María, cuando mi alma está reseca por los deseos de este mundo, recuérdame las palabras de Cristo: "El que venga a Mí no tendrá nunca sed". Amén.



Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Mis pecados también le han hecho caer. Amén, Amén, Amén.


CUARTA ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



¿Cuál sería el dolor de María, al ver cuánto sufre Jesús?
Jesús mira también a su Madre.
Oh María, inspírame arrepentimiento y deseo de hacer penitencia, pues yo he sido causa de tanto dolor. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Jesús y María también sufrieron por mí. Amén, Amén, Amén.


QUINTA ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA A LLEVAR LA CRUZ A JESÚS

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María contempla como rechazan prestar ayuda a Jesús.
Oh María, enséñame a amar a Cristo; ayúdame para que Jesús me encuentre siempre dispuesto a ayudar a mis hermanos necesitados,
ya sea en forma corporal o espiritual. Amén.



Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Llévame junto a Tí. Amén, Amén, Amén.


SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María calmada en medio de su gran dolor, mira a la Verónica que enfrenta la furia de la multitud.
Oh María, dame la gracia y la fortaleza para que yo nunca tema lo que la multitud pueda pensar o decir de mí. Amén




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Traza en mi alma el Divino rostro de Jesús. Amén, Amén, Amén.


SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María afligida profundamente, mira como la cruz fatiga a Jesús y le hace caer.
Sin embargo, Jesús se levanta.
Oh María, dame la fortaleza para levantarme y seguir a Cristo como a mi único Salvador. Amén.



Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Ayúdame a levantarme para seguir siempre a Cristo. Amén, Amén, Amén.


OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María mira a Jesús que sufre por el desamparo de su pueblo.
Sin embargo Jesús en este momento de dolor, consuela a los suyos.
María lléname de entusiasmo por las obras espirituales de misericordia. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Haz que mi arrepentimiento sea sincero. Amén, Amén, Amén.


NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María ve a Jesús postrado en el suelo.
Oh María, para que yo no vuelva a caer en pecado, ayúdame a prepararme dignamente para comulgar,
y hacer bien la penitencia impuesta por el sacerdote. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Dame la gracia para que nunca cometa pecados mortales. Amén, Amén, Amén.


DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María sin poder acercarse a su Hijo contempla cómo le quitan bruscamente la túnica a Jesús.
Oh María, sepárame de todo lo que pueda manchar con pecado mi cuerpo y mi alma. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Apártame de todo pecado. Amén, Amén, Amén.


DÉCIMA PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María angustiada y dolorida más y más, ve brotar de las manos y de los pies de Jesús, Sangre Redentora.
Oh María, por sus llagas, ayúdame a renovar mi fidelidad hecha a Dios.
Y con aquellos clavos átame a Jesús para siempre. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Estando en la manos de Jesús, no me perderé. Amén, Amén, Amén.


DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María traspasada por la espada de dolor, ve morir a Jesús en la cruz.
Sus llagas sangrantes interceden por mí.
Oh María, limpia mi alma pecadora con Preciosa Sangre de Jesús. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Con muerte de Jesús enséñame a vivir. Amén, Amén, Amén.


DÉCIMA TERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



De la cruz descienden a Jesús y María lo recibe en sus brazos.
Oh María, dame la gracia de mantener puro mi cuerpo y mi alma para recibir siempre a Cristo en la comunión. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes, peligros cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Recibe mi alma en el momento de mi muerte. Amén, Amén, Amén.


DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO

Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.



María con una muy triste amargura sepulta al Hijo a quién Ella en el pesebre dio a luz.
Oh María, renueva tu amor por mí, y cuida mi alma, ahora y en la hora de mi muerte. Amén.




Oración:
Padre Eterno, yo te ofrezco las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas. Amén

Perdón, misericordia Jesús mío, durante los presentes peligros, cúbrenos con vuestra Preciosa Sangre. Amén.

Santa Madre te lo ruego, en mi pecho graba a fuego las llagas del Salvador. Amén.

Padre Eterno: Que yo descanse por fin en Tí. Amén, Amén, Amén.


PROMESAS DE JESUCRISTO A LOS QUE REALICEN EL VÍA CRUCIS

Le dijo Jesús Misericordioso a Santa Faustina Kowalska:

"Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias".

El hermano Estanislao (1903-1927) a la edad de 18 años, Estanislao, joven Español, ingresó al noviciado de los, “HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS”, en Bugedo, España. En la vida religiosa este joven tomó los votos de religión que son:
el cumplimiento de los reglamentos, avanzar en la perfección cristiana; y alcanzar el amor puro.

El mes de octubre de 1926, este hermano se ofreció a Jesús por medio de María Santísima. Poco después de haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el joven religioso se enfermó y fue obligado a descansar. Murió el mes de marzo, 1927 a los 24 años.

Según el maestro de novicios, Estanislao era un alma escogida de Dios que recibía mensajes del cielo. Sus confesores y teólogos reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos insignes. Su director espiritual le había ordenado escribir a Estanislao todas las promesas transmitidas por Nuestro Señor Jesucristo.


Promesas para los devotos del Via Crucis

1.- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Via Crucis.

2.- Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Via Crucis.

3.- Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.

4.- Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Via Crucis. (Nota: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)

5.- Los que acostumbran rezar el Vía Crucis frecuentemente, gozarán de una gloria "EXTRAORDINARIA" en el cielo.

6.- Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo los libraré de ése lugar de expiación, el primer día martes o día viernes después de morir.

7.- Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Vía Crucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.

8.- A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.

9.- Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi gracia.

10.- Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.

11.- Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.

12.- Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.

13.- En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos al Cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del Vía Crucis.

14.- Para todos los devotos del Vía Crucis, Mi alma será un escudo fortísimo de protección contra los demonios, y siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí...

“JESÚS, MARÍA OS AMO. SALVAD LAS ALMAS. Amén.”


ORACIÓN PARA GANAR INDULGENCIA PLENARIA LOS DÍAS VIERNES DE CUARESMA

Los días Viernes ante el Crucifijo.

Los Días Viernes de cuaresma los fieles cristianos pueden ganar indulgencia plenaria si rezan devotamente la oración a continuación, frente a un crucifijo, después de la Sagrada Comunión.

Oración;"Mírame, Oh mi amado y buen Jesús"

Miradme, Oh mi amado y buen Jesús,
Postrado ante Vuestra Santísima presencia.
Os ruego y os suplico con el mayor fervor,
que mi alma es capaz
que imprimáis en mi corazón,
vivos sentimientos de Fe, Esperanza y Caridad;

Verdadero dolor de mis pecados, y propósito firmísimo de enmendarme;
Mientras que yo, con todo el amor, y toda la compasión de mi alma es capaz,
Voy considerando Vuestras Cinco Sagradas Llagas;

Teniendo presente aquello que dijo de Vos el santa profeta, David:
“Han taladrado Mis manos y Mis pies, y se pueden contar todos Mis huesos”.
(Salmo 21: 17-18)


La Confesión.
Hacer una confesión profunda. La confesión puede hacerse el mismo día que se quiere ganar la indulgencia o haberse confesado recientemente.

La Comunión.
Esta debe llevarse a cabo el mismo día en que quiera ganarse la indulgencia.

La oración por las intenciones del Papa.
Debe rezarse un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria, y ofrecerlas por las intenciones del Papa.