Bienvenido Querido Hermano.

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3 de septiembre de 2010

Misterios Luminosos.

<---Misterios Gloriosos.
Octubre mes del Rosario.--->

MISTERIOS LUMINOSOS; día Jueves.

PRIMER MISTERIO LUMINOSO:

El Bautismo de Jesús en río Jordán


Texto Bíblico: Mt 3,13-17

Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara.
Pero Juan quería impedirlo, diciendo:
"Soy yo el que necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?".
Jesús le respondió:
"¡Déjame ahora, pues conviene que se cumpla así la escritura!"
Entonces Juan accedió a ello.
Una vez bautizado, Jesús salió del agua;
y en esto los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y posarse sobre él.
Y se oyó una voz del cielo:
"Éste es mi hijo amado, mi predilecto".

Meditación del grupo de oración de María Reina.

Jesús comienza su misión en este mundo, el de anunciar el Reino de Dios, y lo primero que hace es bautizarse.
Juan tiene la misma edad que Jesús, y ya comenzado a allanarle el camino al Señor.
La gente acude al Bautista, le cuenta sus pecados y él los bautiza con agua, pero hay uno más grande que yo, que cuando venga los bautizará con fuego.
Y ése día llegó y Jesús se presenta ante Juan, para que lo bautize.
Juan al principio se niega, diciéndole:
Tu vienes a que yo te bautice, eres Tú el que me debes bautizar a mi.
Jesús le dice que debe bautizarlo para que se cumplan las escrituras, es mejor así.
Juan acepta y lo bautiza. Luego ve que desde el cielo se abre, y desciende una paloma sobre Jesús que es el Espíritu Santo.
Y luego una voz se oyó afirmando que Jesús es el Hijo de Dios el enviado del Padre;
"Este es mi Hijo muy amado escúchenlo".
En un instante se hizo presente la Santísima Trinidad:
El Padre con su voz, el Hijo que fue bautizado, y el Espíritu Santo en forma de paloma.
De esta forma toda la Santísima Trinidad se revela ante el mundo, cosa que antes de la venida de Jesús nunca se habían manifestado.
Sólo el Padre Celestial, dialogaba con los profetas y los justos.
Quedando ahora revelado el gran misterio Divino, que son tres personas, y un sólo Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
La Iglesia Cristiana había nacido, con el bautismo de Jesús.
Todo cristiano católico ha sido bautizado, y hemos recibido la fuerza de Dios, somos una criatura nueva.
Cuántas gracias debemos darle a Jesucristo, porque somos católicos, porque tenemos más oportunidades de ir al cielo más rápido que otras religiones, porque el mismo Dios puede estar en nosotros si así lo queremos.
Pero ése precioso don, exige sacrificios; de ser buenos, de ser humildes, de rezar el Rosario de María diariamente, de ir a misa todos los domingos, de cumplir con nuestra religión, de aceptar lo que el Papa manda.
Y por sobre todo, de amar a Dios, y al prójimo como a uno mismo.

Pidamos como fruto del Rosario: que todos seamos bautizados en el Espíritu de Dios.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,
y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén

SEGUNDO MISTERIO LUMINOSO:

El milagro de Jesús en la bodas de Caná


Texto Bíblico: Jn 2,1-11

Hubo una boda en Caná de Galilea, en la que fueron invitados, María la Madre de Jesús, el mismo Jesús y sus discípulos. Se terminó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
"No tienen vino". Jesús le contestó:
"¿A ti y a mí qué, mujer? Mi hora todavía no ha llegado".
Su madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que él os diga".
Había allí seis tinajas de piedra de unos cien litros cada una para los ritos de purificación de los judíos. Jesús les dijo:
"Llenad de agua las tinajas". Y las llenaron hasta arriba.
Añadió:
"Sacad ahora y llevádselo al maestresala". Y se lo llevaron.
Tan pronto como el maestresala probó el agua convertida en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua),
llamó al novio y le dijo:
"Todos sirven primero el vino mejor; y cuando se ha bebido en abundancia, el peor. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Meditación del grupo de oración de María Reina.

Jesús y María habían sido invitados a una boda, este tipo de fiesta generalmente duraba varios días, donde se comía, se tomaba vino, y había baile.
La boda era un acontecimiento muy importante entre los Judíos, ya que con el casamiento llegaban los hijos, y por sobre todo el primer hijo "varón" que era el que continuaba con los ritos y según la tradición era también el primer hijo quién rezaba por su padre y éste tenía quién rezara por él.
Por eso el primer hijo varón era muy importante entre los judíos y por consiguiente era muy importante el casamiento.
Después de tanto comer y beber, se había terminado el vino, María sabiendo que Jesús tenía poder para hacer milagros, ya Ella durante toda la vida de Jesús habrá visto más de un milagro realizado por su Hijo, y confiando en que sería escuchada, le pide que hago el milagro.
De transformar el agua en vino.
En la primera frase, Jesús se niega al principio, un poco reprochándole que no es asunto suyo si se quedaron sin la principal bebida, el vino.
¿y a mí y a tí qué, mujer?. Una frase un poco despreocupada: ¡y a nosotros que nos importa si no tienen más vino, que se preocupen ellos!
Y en la segunda frase le afirma diciendo que no es tiempo todavía para que Él actúe como Dios, cuando le dice a María:
"Mi hora aún no ha llegado". Es algo así como; No es hora todavía que yo me revele como Dios ante el mundo.
Aún así accede a su pedido y vemos que Jesús obedece a su Madre. Por eso siempre debemos pedirle a Jesús através de María y de seguro nos escuchará
Los sirvientes llenan las vasijas de agua tal cual les dice María. Y ocurre las más milagrosa de las transformaciones.
Tanto es así que el maestresala lo prueba y que admirado, y llama al novio y se lo comenta:
"Todos sirven primero el vino mejor; y cuando se ha bebido en abundancia, el peor. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora".
Jesús demuestra que cuando el hombre confía el El, se pueden hacer cosas enormes, la fe mueve montañas y Jesús puede hacer mucho más que mover montañas.
Este fue el primer milagro de realizó Jesús y así manifestó su gloria.
Y dice también la escritura que los discípulos creyeron el El.
Este hecho milagroso, hizo que sus seguidores, los discípulos, afirmen su fe en El, y que crean que Jesús es "Dios", y es el enviado del Padre.
Y que el Padre está en Jesús, y Jesús en el Padre, ya que sino fuera así, no tendría poder para hacer lo que hace, convertir el agua en vino.
¿Quién puede realizar este milagro, si Dios no está en el?
Nadie. Y Jesús lo realizó, por lo tanto, Jesús está en Dios!

Pidamos como fruto del rosario: El poder para realizar todo el bien a nuestro alcance.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:
"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.

TERCER MISTERIO LUMINOSO:

El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión


Texto Bíblico: Mc 1,14-15

Después de ser Juan encarcelado, Jesús fue a Galilea a predicar el evangelio de Dios; y decía:
"Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca.
Arrepentíos y creed en el evangelio".





Meditación del grupo de oración de María Reina.

Para Jesucristo, el anuncio del Reino es muy importante en su predicación y es su vida, y a ello le dedica los tres años que predicación.
El Reino que Él anuncia viene del mismo Dios, es luz, salvación, paz, vida eterna, reconciliación.
Es un reino que no tenemos que esperar, la muerte para poderlo ver, porque el Reino comienza cada día, y es un reino que está dentro de cada ser humano.

En sus parábolas, pronunciadas tantas veces, Cristo va mostrando las características del Reino al que todos nosotros hemos sido invitados desde nuestro bautismo.
Los hombres de su tiempo entendían sus parábolas, porque Cristo hablaba de la misma forma que los profetas y que la gente conocía, pero dándoles una profundidad y un alcance, que no soñaron ni los profetas mismos.

El reino hace hincapié, en la conversión, cambiar de vida, de actitud, de pensamiento, y por sobre todo, amar a Dios y al prójimo como a uno mismo.
Es dejar de lado los egoísmos, y darnos con el hermano necesitado.
Dejar el camino fácil, el camino ancho, por donde van miles y se encaminan a la perdición eterna, por el angosto, que es difícil, pero que al final tiene su premio, la vida eterna.
La conversión que Dios quiere es el amor al prójimo, el amor a la vida, el sacrificio por los demás, el desear siempre el bien, aun cuando todo parezca perdido e inútil.
No es fácil, ya que el mundo y luces nos distraen, y hacen que se pierda lo más valioso, la eternidad.
Pero tenemos a María, nuestra del Cielo, ella nos ayudará si lo queremos.
Y a Jesús, que nos espero siempre, no importa la carga que llevemos, y El vive para nosotros y se queda con nosotros hasta el fín del mundo, como lo ha dicho.

Pidamos como fruto del rosario: La gracia de anunciar el evangelio a toda criatura.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.

CUARTO MISTERIO LUMINOSO:

La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo.


Texto Bíblico: Lc 9,28-35

Unos ocho días después Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y Santiago y los llevó al monte a orar.
Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente. Dos hombres, de improviso, se pusieron a hablar con él. Eran Moisés y Elías, que aparecieron con un resplandor glorioso y hablaban con él de su muerte, que iba a tener lugar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero lograron mantenerse despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él.

Cuando éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo:
"Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas:
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
No sabía lo que decía.
Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y los cubrió. Al entrar en la nube, los discípulos se asustaron.
Y una voz desde la nube dijo:
"Éste es mi hijo, el elegido, escuchadlo"

Meditación del grupo de oración de María Reina.

En la Transfiguración, los apóstoles se dieron cuenta que en Cristo verdaderamente "habita corporalmente toda la plenitud de la Divinidad".
Jesús les permite ver todo esto antes de la Crucifixión, a fin de que ellos sepan quién es el que sufrirá por ellos.
Es Jesús Dios, que ha tomado un cuerpo humano, y que padecerá por toda la humanidad pecadora. Pecados presentes, pecados pasados y futuros.
Y que entiendan que en la transfiguración, Jesús se manifiesta como lo que es, "Dios", que tiene Poder igual al Padre.
Y a su vez saber lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman.
Compartir toda la eternidad con Jesús Todopoderoso, y habitar dónde El habita, en el Cielo.
Esto es lo que la Iglesia celebra en la fiesta de la Transfiguración.

Dos personas muy famosas del Antiguo Testamento. Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, se aparecen junto a Jesús, y respaldan lo que hace el Señor y dan testimonio de que Jesús es Dios, y con ésto, proclamar que El es el enviado de Dios para salvar al mundo.

Es un elogio hermosísimo hecho por el Padre Dios, acerca de Jesucristo.
Es su Hijo Unico. Es amadísimo por Dios, y es preferido por El a todos los demás seres que existen.
Por eso pide que lo escuchen, ya tiene palabras de vida eterna. El es la luz del mundo, el que lo sigue no andará en tinieblas.
El es el camino, la verdad y la vida. El los llevará a la Felicidad Eterna.
En la transfiguración es un anticipo de cómo Jesús nos transfigurará a nosotros también, cuando llegue nuestra muerte y si vamos al Cielo.
Con un cuerpo nuevo, y alma tan limpia y cristalina, así no transfigurará el Señor Jesús en un abrir y cerrar de ojos; seremos transformados.
Un buen ejemplo es María Santísima en Lourdes, Fátima, Medjugorje, que se aparece, siempre radiante, joven, bellísima.
Ella ha sido transformada por Jesús, y así permanecerá para siempre, junto a Jesús para toda la eternidad!.

Pidamos como fruto del rosario: Qué Dios transforme nuestra vida en bien de los demás.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.

QUINTO MISTERIO LUMINOSO:

La institución de la Eucaristía.


Texto Bíblico: Mc 14,22-24

Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a su discípulos diciendo:
"Tomad, y comed porque esto es mi cuerpo".
Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo pasó a ellos y bebieron de él todos.
Y les dijo:
"Ésta es mi sangre, la sangre de la nueva alianza, que será derramada por todos".
Siempre que comáis y bebáis esto hacedlo en memoria mía.

Meditación del grupo de oración de María Reina.

Eucaristía: de origen griego "Eukharistia", significa "acción de gracias".
Esta palabra recuerda las bendiciones judías que proclaman las obras de Dios:
la creación, la redención, la santificación.

El carácter de sacrificio de la Eucaristía se halla claramente indicado en las palabras que Jesús pronunció sobre el cáliz, según el evangelio de Mateo:
"Esta es mi sangre, la sangre de la alianza, que se derrama por todos para el perdón de los pecados"
Esta frase evoca el relato en el que Moisés rocía con sangre del sacrificio del Sinaí al pueblo, al tiempo que dice:
"Esta es la sangre de la Alianza que el Señor ha hecho con vosotros"

Cuando Jesús instituyó la Eucaristía tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a los discípulos diciendo: "Tomad, comed, esto es mi cuerpo".
En esta frase sorprende el realismo con que se identifica al sujeto "esto" (el pan) con el predicado "mi cuerpo" (la persona de Jesús).
Las palabras de Jesús no dejan lugar a dudas. No se trata de una comparación:
esto es como mi cuerpo, sino de una afirmación real esto es mi cuerpo.
Son signos simbólicos reales de la presencia real y de la entrega personal de Jesucristo.
En los signos sensibles de pan y de vino, se hace presente realmente Jesucristo, que se entrega por nosotros.

El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el sacramento de la Eucaristía "En verdad, en verdad os digo:
si no coméis la carde del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros".
Para responder a esta invitación, debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. San Pablo exhorta a un examen de conciencia:
"Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Examínese, pues cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz.
"Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo"
(1 Cor 11, 27-29)
Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación, es decir confesar sus pecados a un sacerdote, antes de acercarse a comulgar.

La Iglesia obliga a los fieles a participar los domingos y días de fiesta en la divina liturgia y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es posible en tiempo pascual.
Pero también la Iglesia recomienda vivamente a los fieles a recibir la santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los días.
Recordemos que en el cuerpo de Cristo se encuentra la sangre de Cristo, la cual, es beneficioso y muy valioso, para los males de carne, los males sensuales, la pensamientos malignos, y la pereza espiritual de rezar.
Ya que comulgando bien, los enfrentamos mejor y ahuyentamos todos éstos males, tan de moda en todos los tiempos.

Pidamos como fruto del rosario: La gracia de hacer una buena confesión y comunión.

Recemos: un Padrenuestro, diez Avemarías, y un Gloria,

y luego la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia". Amén.



RECEMOS TODOS LOS DÍAS EL SANTO ROSARIO:

MISTERIOS LUMINOSOS.




FRUTOS ESPIRITUALES DE LA SAGRADA COMUNIÓN

Acrecienta la unión con Cristo:

"quién come mi Carne y bebe mi Sangre, habita en mí y yo en él" (Jn 6,56.

Fortalece el Espíritu:

Lo que el alimento material produce en la vida corporal, la comunión lo realiza de manera admirable en la vida espiritual.
La comunión conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo.

Separa del pecado:

como el alimento sirve para restaurar la pérdida de fuerzas, la Eucaristía fortalece la caridad, que en la vida cotidiana, tiene a debilitarse, y esta caridad vivificada borra los pecados veniales.
Cuanto más se participa en la vida de Cristo y más se progresa en su amistad, tanto más difícil será romper con él por el pecado mortal.

Entraña un compromiso a favor de los demás:

para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregado por nosotros, debemos reconocer a Cristo en el prójimo, sobre todo en los más pobres y necesitados.

Fortalece la unidad del Cuerpo místico:

La Eucaristía hace a la Iglesia. Los que reciben la Eucaristía se unen más estrechamente a Cristo, por ello mismo, Cristo los une a todos los fieles en un solo cuerpo que es la iglesia.
La Comunión renueva, fortifica y profundiza la incorporación a la Iglesia realizada ya por el Bautismo.

Nos hace partícipes del Reino de Dios.

Cada vez que comulgamos, Dios nos inunda de sus gracias santificantes, nos fortalece contra todos los males de este mundo, y nos hace desear lo bienes del Cielo.

La Comunión es el Pan de los Ángeles.

Es el Pan que los Ángeles en el Cielo estiman tanto, y desean alimentarse de Él todos los días y por toda la eternidad. Nada es más grato y beneficioso para los Ángeles que el Cuerpo de Cristo.

Ahuyenta a los demonios.

Al igual que la Preciosísima Sangre de Jesús, el Cuerpo Sagrado de Cristo ahuyenta a los demonios de nuestra vida, quienes quieren la perdición eterna de nuestra alma.

Frases y Dichos


Quien ayuda a salvar un alma, salva la suya.(San Alfonzo María de Ligorio.

No te fies de la máscara de quien te muestra el rostro demasiado descubierto.(F. Pananti)

Bigamia es tener una esposa de más, monogamia es lo mismo.(Oscar Wilde)

El fracaso es la oportunidad de comenzar nuevamente de manera inteligente.(Venezolano)

No hay árbol que el viento no haya sacudido.(Peruano)

Si los que hablan mal de mí, supieran exactamente lo que yo pienso de ellos, aún hablarían peor.(S. Guitry)

El sabio sabe que no lo sabe todo.(Confusio)

2 de septiembre de 2010

Misterios Gloriosos.

<---Misterios Dolorosos.
Misterios Luminosos.--->


MISTERIOS GLORIOSOS; los días Miércoles y Domingos.

TRIPLE SEÑAL DE LA CRUZ

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Señor, abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza.
Señor, ven pronto en mi auxilio, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. Amén.

La mejor manera de prepararnos para rezar es empezar reconociendo nuestros pecados.
Por eso vamos a decir:

Acto penitencial.

Yo confieso ante Dios Padre todopoderoso,
y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa , por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor. Amén.

O bien rezamos el:

Pésame.

Pésame Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.
Pésame por el infierno que merecí,
y por el cielo que perdí.
Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos ofendido,
y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.

Se acostumbra a rezar la tercera parte del Santo Rosario, es decir 5 decenas, es muy conveniente practicar la piadosa costumbre de aplicar una intención a cada decena.

Por ejemplo: por el Papa, por la paz del mundo, por las vocaciones eclesiásticas y la santificación de los sacerdotes, por las misiones, por los enfermos o por alguna necesidad en particular, por la conversión de alguna persona, por la unión de la Iglesia (Ecumenismo), para pedir trabajo, salud, bienestar.

PRIMER MISTERIO GLORIOSO;

La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.



Texto Bíblico; Mt 28,1-7

Pasado el sábado, al comenzar el alba, el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro.
De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella.
Su aspecto era como de un rayo, y su vestido blanco como la nieve.
Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos.
Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: "No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado.
No está aquí. Ha resucitado, como lo había dicho.
Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea.
Allí le veréis. Ya os lo he dicho".

Meditación del Padre Celso Mejido Diaz Misionero del Sagrado Corazón

El cuerpo muerto de Jesús fue puesto en un sepulcro nuevo, prestado por un amigo.
Su alma voló a visitar las almas de los justos, que esperaban, con su santo advenimiento, el rescate. Es cuerpo inmaculado era incorruptible. No podía permanecer enterrado.
Una transformación gloriosa se manifestó al tercer día.
Se reviste de luz y de claridad. La resurrección fue anunciada con una ruidosa sacudida de toda la tierra.
Y hubo espanto en los guardias que cuidaban la sepultura de Jesús, y al mismo tiempo hubo rugidos desesperados de las furias infernales, resurrección de muertos, visitas de Jesús con su cuerpo glorioso a amigos, y confusión y terror entre sus enemigos.
Tales fueron los hechos culminantes de aquel amanecer de la nueva Pascua.
El Corazón de su Madre quedó lleno de satisfacción y alegría.
Después de los dolores que padeció, vino la dicha.
María Magdalena con otras piadosas mujeres, llevadas por el afecto y cariño, habían corrido al sepulcro.
Encontrándolo vacío, la lápida estaba corrida y un ángel les dice que la Resurrección es un hecho.
Igual revisan el sepulcro. Al salir se encuentran con Jesús resucitado. Se arrojan a sus pies.
Así pagó el Señor a las mujeres que lo buscaban, las llenó de alegría.
El día de la Resurrección es en verdad, el "DÍA DEL SEÑOR".
Cristo resucitó por su propia virtud. Este hecho alumbra todos los misterios de nuestra religión y la hace divina.

No seamos tibios e incrédulos. Recordemos la palabras de Jesús al apóstol Tomás:
"Porque me has visto, has creído, bienaventurados los que crean sin haberme visto".
El que es fiel a la fe cristiana contemplará las grandezas prometidas por Jesús a sus seguidores y descubrirá los secretos inefables, que ignoran los sabios según el mundo.
Al meditar la gloriosa resurrección de Jesús, recordemos que en el Santo Bautismo, el Señor ha infundido en nuestra alma una nueva vida.

Si por culpa de haber pecado, hemos perdido es estado de gracia, es Jesús quien nos hará renacer a la vida, mediante el sacramento de la Penitencia.
Pidamos al Corazón de María salir del pecado para buscar los bienes perdurables.

Pidamos como fruto del rosario: Recibir con mayor frecuencia los Santos Sacramentos.

Recemos: Un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria;
y la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia".

SEGUNDO MISTERIO GLORIOSO:

La ascención de nuestro Señor Jesucristo a los Cielos.



Texto Bíblico; He 1,9-11)

Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a su vista.
Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se iba, cuando se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
"Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir al cielo volverá tal como lo habéis visto irse al cielo".

Meditación del Padre Celso Mejido Diaz Misionero del Sagrado Corazón

Jesús resucitado continuo cuarenta días en íntima familiaridad con su Madre Santa, y con su apóstoles, discípulos y simpatizantes.
Permaneció en esta tierra con su cuerpo glorioso durante ése tiempo.
Les instruye sobre la organización de la Iglesia.
Jesús le dice; que tendrán la misma potestad que el Padre Eterno le concede a El; administrar la gracia divina.
Cuarenta días después de la Pascua de resurrección, estando los apóstoles con Jesús en el monte de los Olivos lo vieron elevarse y perderse tras una nube que lo ocultó a sus miradas.
Pero aun después que el Señor había desaparecido, los apóstoles permanecieron largo rato con los ojos fijos en el cielo.
Nosotros también debemos fijar nuestro corazón en las alturas y pensando en el premio que nos espera, hacer con alegría los sacrificios que Jesús nos pide.
El mismo lugar de la agonía y del sudor de sangre será escenario de su exaltación.
Con ternura se despide de su Madre, de sus discípulos y de los que creen en El impartiéndole la bendición.
Y entra triunfante en la ciudad eterna de los cielos después de haber vencido a la muerte, salvado a los hombres y reparado las ofensas hechas a la Trinidad Santísima.
Adoremos, postrados, este misterio de la glorificación de Dios, en silencio pensemos en la Divinidad que ahora tiene Jesús en el Cielo.
La gracia divina, que santifica a las persona, nos endereza de las torcidas inclinaciones contraídas con el pecado de Adán.
El mundo ejerce fuertes atractivos, el demonio ataca con frecuencia al cristiano que quiere estar en gracia de Dios, y la carne llama con más frecuencia.
Para resistir y vencer disponemos de la gracia de Dios.
Hay que prestarle atención. La virtud es también producto de nuestro esfuerzo.
Consiste en la repetición de actos buenos, el rezo del rosario diario, y por sobretodo el amor a Dios y al prójimo en los hermanos más necesitados.
Pero como la naturaleza humana triunfó en la Persona de Cristo, alcanzaremos la victoria completa, ya que jamás nos faltará la gracia necesaria.

"Todo lo podemos en Aquél que nos reconforta". Lo aseguró San Pablo. La virgen María permaneció en la tierra, alentando los primeros pasos de la Iglesia Cristiana. La Iglesia pasos sus primeros pasos bajo la mirada Maternal de María.
María es nuestra Madre Espiritual.
San Dionisio Aeropagita dijo de María; "Diría que es la misma Divinidad, ya que es cierto que la Divinidad es una".
María continúa con su presencia hasta el presente, lo confirman el Mesaje de Fátima, Lourdes, y las lágrimas de Siracusa. Y perpetuará hasta el fin del mundo.
Pidamos como fruto del rosario: La virtud de la esperanza de ir al Cielo.

Recemos: Un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria,

y la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia".

TERCER MISTERIO GLORIOSO;

La venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los apóstoles.



Texto Bíblico; He 2,1-4

Al llegar el día de pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.
De repente un ruido del cielo, como de viento impetuoso, llenó toda la casa donde estaban.
Se les aparecieron como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos.
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo les permitía expresarse.


Meditación del Padre Celso Mejido Diaz Misionero del Sagrado Corazón

Consagración de la religión cristiana fue la venida del Espíritu Santo.
Precedida por la Santísima Virgen, estaban los apóstoles y demás seguidores de Cristo, retirados en un cenáculo de Jerusalén orando, meditando, y haciendo penitencia, cuando bajó sobre ellos el suave rocío de la gracia del Espíritu Santo.

Unción y consagración de la naciente Iglesia que se santificó con éste hecho extraordinario.
Puesto que el primer pecado había desterrado de la creación al Espíritu de Dios,
toda criatura había tenido su inicial unción.
El pecado había traído el desorden, el trastorno, la enemistad.
La venida de Jesús al mundo tuvo por objeto introducir en él el mismo Espíritu de Dios, que le había abandonado al volverse la humanidad perdida por el pecado.

El espíritu busca el espíritu, y no reposa en carne corrompida y pecadora.
De una manera solemne debía expresarse el retorno del Espíritu de Dios.
La iglesia naciente reunida en el cenáculo y precedida por la Virgen María, aspiraba con vehementes deseos, con fuertes anhelos e intensas oraciones.
Este esfuerzo personal, esta colaboración a la gracia, precipitó la venida del Espíritu Santo.
No olvidemos que la oración de los discípulos de Jesús, unida a la de María Santísima atrajo y aceleró la venida del Espíritu Santo.

Si desapareciera del mundo el espíritu de oración, también huiría de la tierra el Espíritu de Dios.
Antes de recibir el Espíritu Santo, los apóstoles estaban llenos de temor y no osaban hablar de Jesús, después de recibirle se lanzaron a la conquista de la almas y difundieron el evangelio por todo el mundo.
Si nosotros también queremos atraer almas a Jesús, invoquemos a menudo el auxilio de la Tercera Persona de Santisíma Trinidad.

Pidamos como fruto del rosario: La devoción al Espíritu Santo.

Recemos: Un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria.
y la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia".

CUARTO MISTERIO GLORIOSO;

La asunción de María Santísima en Cuerpo y Alma a los Cielos.



Textos Bíblicos.

"Toda espléndida, la hija del rey"
(Sal 45, 14)
"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
(Ap 11, 19-12,1).
"Más impresionante que un ejército ordenado para la batalla".
(Apocalipsis, 12)
Desde ahora me llamarán Bienaventurada todas las generaciones, porque el Todopoderoso ha hecho conmigo cosas grandes.(Lc 1,48-49)

Meditación del Padre Celso Mejido Diaz Misionero del Sagrado Corazón

El fin de maría fue glorioso. Así correspondía a su vida santísima.
Siempre, pero sobe todo después de la Ascensión de su Hijo, mantenía Ella fervorosa conversación con el cielo.
Su alma era como un fuego, encendido por el amor de Dios.
Experimentaba el alejamiento de la patria celestial, pero Dios le prolongó el destierro para que fuera consuelo, guía y maestra de los primeros padres de nuestra santa fe.
María es modelo de madre como esposa laboriosa y amiga de su casa, en los últimos años de su vida se convirtió en fortaleza y auxilio de las viudas.

Al llegar la hora de la feliz dormición de la muerte, se juntaron los apóstoles y los discípulos, venidos de todos los rincones del mundo, la rodean emocionados, oyen conmovidos su palabras, reciben su bendición y llenos de dulces afectos y lamentos, la despiden.
No quiso el Señor que el cuerpo purísimo de su Madre conociera la corrupción,
ya que este hecho corresponde al pecado original, y María fue concebida sin pecado original.
Fue llevada en cuerpo y alma a los cielos por virtud todopoderosa.
Angeles y santos formaron su cortejo, música y conciertos sobrenaturales la acompañaron a las eternas moradas.
la fiesta de la Asunción fue llamada Pascua Mariana.
Es la más solenme, es el gran apogeo de su gloria. Todos los demás pasos se encaminan a este triunfo.
Contemplemos su Corazón radiente de gloria.
Admirémosla, felicitémosla, y amémosla con toda la corte celestial.
Pensemos en nuestra muerte, ayudados por la Virgen María llegaremos al Cielo.
Vivamos como Ella, imitando sus virtudes, entre ellas la pureza.

La muerte de los santos es preciosa. Hagámosnos santos.
El Rosario nos hace rogar a la que es abogada de las causa difíciles y desesperadas para que nos asista ahora y en la hora de nuestra muerte.
Su Inmculado Corazón se deja ablandar con nuestras plegarias.
¡Es toda Misericordia!
Pidámosle a la Santísima Virgen que nos ayude a conservar nuestra alma en la mayor pureza posible, a fin de merecer un día la gracia de ir al con Ella al Paraíso.

Pidamos como fruto del rosario: La virtud de la pureza.

Recemos: Un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria,
y la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia".

QUINTO MISTERIO GLORIOSO;

La coronación de María Santísima como Reina y Señora de todo lo creado.



Texto Bíblico. Judith 15, 9-10

¡Tú eres el orgullo de Jerusalén, la mayor gloria de Israel, el más grande honor de nuestra nación!... el Señor te ha mostrado su favor. ¡Que el Señor todopoderoso te bendiga eternamente!






Meditación del Padre Celso Mejido Diaz Misionero del Sagrado Corazón

La Iglesia nos pinta la gloria de la Virgen María como la de una Señora y Reina, vestida de sol, coronada de estrella, y que tiene la luna en sus pies.
Quiere decir que se halla revestida de virtud y excelencia de la gracia divina, de los resplandores de su gloria, de la magnificencia de su virtud y de la fuerza de su poder.
Dios que la asoció a todas las grandes y dolorosas acontecimientos de la Encarnación, Vida, Pasión y Muerte de su Hijo, quiso hacerla partícipe de su gloria y del soberano dominio de toda lo creado.

Es Reina de todo lo creado, no por derecho propio, sino por su enlace misterioso, profundo, íntimo y eterno con el Rey de reyes y Señor de los que dominan.
Todas las criaturas del cielo y de la tierra deben reconocer esa soberanía.
Resistirse sería condenarse.
Significaría ir en contra de la voluntad de Dios.
Nuestra Madre ha sido exaltada a Reina, porque se ha sumido en una humildad y una entrega total a Dios.
Se proclamó la esclava del Señor, ésta "humildad" es la principal virtud de la gloria cristiana.
La Santísima Virgen es Reina de todo lo creado y ante Ella se inclinan cielos y tierra.
Confiemos en su poder y llegaremos a vencer las tentaciones.
Y a alcanzar el premio eterno.
Formemos el propósito de realizar una tierna y filial devoción a María Santísima, procurando imitarla en su pureza, humildad y caridad.
No olvidemos que si María es Reina, nosotros somos sus súbditos.

El corazón impuro es incapaz de sentir el virginal amor de María, de la misma forma el sol no se refleja en un espejo empañado.
El amor espiritual y celestial no se reflejan en los corazones que viven en la sensualidad y las vanidades.
Demósle a Nuestra Reina y Señora nuestros piadosos afectos, nuestros sentimientos respetuosos y nuestro cariño de verdaderos hijos.
El mejor tributo que podemos darle es el arrepentimiento sincero de nuestros pecados e imperfecciones.
Nuestra Madre y Reina gusta de tres virtudes tan querido por Dios Nuestro Señor:
La pureza, la humildad y la castidad.
Pero las más apreciada de todas es la ¡HUMILDAD!
Según Ella mismo lo dijo a Sor Faustina Kowalska apóstol de la Divina Misericordia;

Deseo que te ejercites en las tres virtudes que me son más gratas que todas las otras, y son predilectas de Dios.
La primera de estas virtudes es la Humildad, la Humildad, y lo vuelvo aún a repetir la ¡HUMILDAD!.
La segunda es la pureza, y
la tercera el amor a Dios".


Nuestra Reina nos pide éstas tres virtudes, con ellas debemos vestirnos en vida y permanecer revestidos con ellas hasta la hora de nuestra muerte!.

Pidamos como fruto del rosario: La verdadera y filial devoción a María y la gracia de imitar fielmente sus virtudes.

Recemos: Un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria,
y la siguiente oración:

"Oh Jesús mío, perdona nuestras pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia".

RECEMOS TODOS LOS DÍAS EL SANTO ROSARIO:

MISTERIOS GLORIOSOS.




Frases y Dichos


El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.(Gracián)

Lo peor que hacen los malos es hacernos dudar de los buenos.(Benavente)

El éxito es una escalera por la que no se puede subir con las manos en los bolsillos.(Estadounidense)

Me horroriza, no tanto la maldad de los malos, sino la indiferencia de la gente buena.(Luther King)

Quien discute puede ganar un pensamiento, pero quien calla oportunamente gana una eternidad.(Latino)

Si no puedes hacerlo todo, haz lo que puedas, pero se compasivo con los demás. Da el ejemplo.(Madre Teresa)

No permitas que tus pies vayan por delante de tus zapatos.(Escocés)